Jesuitinas Bilbao
Colegio La Inmaculada
Jesuitinas Bilbaowww.jesuitinasbilbao.es

Santa Cándida

Cándida María de Jesús


Infancia humilde y alegre.

Nació el 31 de mayo de 1.845 en el caserío de Berrozpe, de Andoain (Guipúzcoa). Fue bautizada el mismo día de su nacimiento y se le puso el nombre de Juana Josefa.

En el ambiente de amor en que vivía su familia, aprendió a querer y a hacer el bien a los que la rodeaban y también a conocer y a amar a Dios y a la Virgen.

La precaria situación económica de los padres los llevó a trasladarse, hacia 1.852, a Tolosa. Mientras sus padres dedicaban horas de trabajo en el telar, cuidaba Juanitatxo de sus hermanas pequeñas.

Y llegaron los años de la adolescencia. Como otras jóvenes de su edad, tuvo Juanitatxo propuestas para el matrimonio. Pero ella intuía ya que no era ése su camino. Sus palabras fueron firmes y serenas cuando les dijo a los aitas –que veían con buenos ojos la propuesta de quien la pretendía- “Yo... solo para Dios”.

Joven valiente y solidaria

En 1.863 –tendría ya casi 18 años de edad...- la encontramos trabajando como sirvienta en casa de los Sres. de Sabater, en la ciudad de Burgos. 

En esta casa la respetan y la quieren: son testigos de su laboriosidad, su honradez y paciencia; y también de su profunda vida de piedad.

No va a ser fácil esta nueva etapa de su vida: La vivirá con sereno talante y con fortaleza de espíritu.

Constata de cerca Juana Josefa la dolorosa realidad de la pobreza y trata de vivir con espíritu cristiano la cercanía y la acogida cariñosa a los necesitados que se acercan a ella. 

Un nuevo rasgo de su perfil humano-cristiano y de su fina sensibilidad ante las carencias ajenas es el que nos muestre esta frase suya ante dificultades y protestas por la cantidad de menesterosos que se acercan a la casa: “Donde no hay sitio para los pobres, tampoco lo hay para mi”.

 
Respuesta generosa a la llamada de Dios.

Los disturbios revolucionarios de la época obligan a la familia Sabater a trasladarse a la ciudad de Valladolid. Y con ellos, irá también Juana Josefa.

Una inquietud ronda cada vez más el corazón de Juana Josefa: las niñas, las jóvenes de aquella convulsionada sociedad española de mediados del siglo XIX, y especialmente en los ambientes donde escasean bienes económicos, están muy desatendidos en la educación humana y cristiana. Si ella pudiera dar una respuesta a estas carencias...

Este va a ser el germen de una nueva congregación en la Iglesia: la de las Hijas de Jesús, consagrada a servir al Señor con la dedicación a la educación cristiana de la niñez y juventud.

Es consciente, muy consciente de sus carencias, pero su vida de fe se asienta en una sólida base: una total confianza en Dios. Se refleja en esta expresión suya, tantas veces repetida en cartas y apuntes espirituales: “Sola, nada... Pero con la ayuda de Dios, lo puedo todo”.


Deseo plasmado en realidades.

En Salamanca, va a fundar Juana Josefa –que se llamará en adelante Cándida Mª de Jesús- la congregación. 

Sería un 8 de diciembre –festividad de la Inmaculada- del año 1.871. Con su filial devoción a la Virgen, pone Juana Josefa la congregación bajo el amparo de María, a quien tanto ama. Nuestra Señora será, para siempre, “Estrella en los caminos de la Congregación”.

Tras el tiempo inicial de necesaria formación, la M. Cándida y sus primeras compañeras abren el primer colegio. De su afán apostólico y de su inquietud por la formación de niños y jóvenes es bien elocuente esta frase que podemos leer en algunas de sus cartas: “Mi alegría es que acudan a nuestros colegios muchas niñas, para educarlas cristianamente”.

Quiere que las alumnas se encuentren en el colegio como en su casa; que se las acoja con cariño y comprensión; con firmeza, sí, pero también con “tierna caridad” y con paciencia... Que reine en el ambiente del colegio alegría: “Las nuestras usarán siempre los métodos (de enseñanza) más alegres”-.

Serán las suyas escuelas que tengan, como centro de todo su ser y su quehacer, la persona de Jesús; y María será, para quienes se formen en ellas, modelo de vida y protectora. Es su deseo que las alumnas, junto con el desarrollo de sus facultades y destrezas humanas, vayan creciendo también en su ser de cristianas.


Crecimiento de la semilla inicial.

El primer centro educativo de las Hijas de Jesús sería en la misma Salamanca. Después irían surgiendo otros en distintas poblaciones: Peñaranda de Bracamonte, Arévalo, Segovia, Medina del Campo, Tolosa... 

Nos encontramos ante una mujer sencilla y fuerte, humilde y valerosa, abierta a Dios y dispuesta por ello a ayudar a otros a crecer, desde los comienzos de la vida, en su dimensión humana y cristiana.

Su afán apostólico no conoce horizontes: “El mundo es pequeño para mis deseos”, decía.

En 1.911, un primer grupo de Hijas de Jesús, al que seguiría en 1.912 una segunda expedición para otro nuevo colegio, parte para el Brasil, llevando al continente latino-americano el camino evangélico y el modo de proceder en la línea educativa legados por la M. Cándida a sus hijas.

Murió en Salamanca el 9 de agosto de 1.912.

La Iglesia ha reconocido la heroicidad de sus virtudes. Y el día 12 de mayo de 1.996 fue beatificada y el 17 de Octubre del 2010 fue canonizada en Roma.

 

 

  • pila bautismal
  • escudo berrospe
  • cocina
  •  
  •  
  •  

Utilizamos cookies propias y de terceros, para realizar el análisis de la navegación de los usuarios. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso.
Puedes cambiar la configuración u obtener más información aqui.

IHS

Jesuitinas Bilbao

C/ Zabalbide 141
Tel - 94 445 42 00
Email - secretaria@jesuitinasbilbao.es

Aviso legal | Política de privacidad |
Canal de denuncias | Cookies | RSS